Uno no puede luchar contra su propia naturaleza

Hay una frase hecha que frecuentemente me viene a la cabeza.

«Uno no puede luchar contra su propia naturaleza»


Conozco gente a la que le molesta de sobremanera esa frase. Es como si no dejara espacio al libre albedrío, como un corsé. Como si no dejara espacio a la evolución, a la proyección personal. Algo realmente cohercitivo si uno se para a pensar apenas un ratito. Y en eso estaba cuando me vino a la mente. Pensaba en las empresas o las organizaciones que aunque a lo largo de su trayectoria han tenido éxito y han logrado consolidarse, llega un punto que fracasan. Y en aquellas que del fracaso regresan al éxito. Uno se puede preguntar los motivos. Rápidamente encendemos la maquinaria. Como en un proceso de brainstorming con uno mismo. Me pongo a decir ideas al viento. Buena gestión. Mala gestión. Producto exitoso. Producto fallido. Marketing acertado. Marketing desacertado. Reestructuración. Absorción. Proceso de mejora continua.  Clientes. Proveedores. Long tail. Cultura de la atención. CRM. ERP. Innovación. Servicios. Estrategia.Y de repente me paro. El matemático que hay en mí dice que basta. Que no puede ser. Apliquemos navaja de Occam. KISS, simplemente. Busquemos los elementos atómicos. ¿No será que esas empresas olvidaron o redescubrieron su esencia?Pensemos por ejemplo en los casos de NintendoSonyYahoo o Apple en los que pueden identificar la bipolaridad de regresar al absoluto éxito (Nintendo y Apple) o caminar por la senda del fracaso (Sony o Yahoo). Será que no debemos de perder nunca de vista nuestra cultura, valores y misión. Aquello que nos define.Por algo será. 
¿Qué pensáis?