Últimamente siempre viajo en AVE. En mi caso concreto tiene ventajas (cercanía al centro tanto de Madrid y Barcelona, poder continuar trabajando en un entorno cómodo, no dependencia de la climatología,…). Sin embargo el otro día, después de largo tiempo hice uso del avión. Volar siempre tiene un encanto. Es una sensación mágica que, por supuesto, no tiene viajar en tren. Pero claro, cuando viajas por trabajo no tienes tiempo para pensar en esas cosas.
En mi caso concreto, cuando entro lo primero que quiero es llegar a mi asiento. Quitarme el abrigo, abrir la maleta para sacar el documento que estaré leyendo durante el viaje, colocar el abrigo y la maleta en el portaequipaje, sentarme y apagar los móviles. Es una rutina. Como cualquier otra. Al sentarme me di cuenta que el reposacabezas no llevaba el logo de la compañía sino el de una compañía telefónica. ¡Y también algunos portaequipajes! Publicidad. Analicemoselo un momento.
- Las compañías aéreas necesitan de nuevos ingresos. La tasa de ocupación desciende por el AVE y alguno de los beneficios tangibles asociados a usarlo. El asiento vacío en entre pasajeros no responde a un nuevo servicio sino, de nuevo, a una baja tasa de ocupación.
- Se ha capitalizado ya la venta de artículos, la comida,… y se han creado nuevas tipologías de clientes.
- Han aparecido los viajes low cost.
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Nada. Que es necesario crear nuevos canales de publicidad. Usemos los espacios disponibles en el avión. Parece una buena medida para conseguir nuevos ingresos. ¿Qué le parecerá a los viajeros? ¿La encontraran molesta o interesante? ¿Un agravio al servicio ofrecido? ¿Habrá zonas de publicidad para viajeros no vips y libres para los vips? Y para el contratante, ¿cómo mide el ROI de ese nuevo canal de marketing?